martes, 22 de julio de 2014

La Tripolitana como País del porvenir

    La Tripolitania se extiende á orillas del Mediterráneo, entre Túnez meridional y Egipto.
   Hacia el exterior, sus límites son indeterminados, si bien su superficie no es inferior á la de Marruecos, Argelia y Túnez reunidos. No hay que admirarse de esta extensión, porque la Tripolitania es una prolongación del Sahara. La costa es baja, inhospitalaria, bordeada de lagunas salobres; el desierto empieza donde el mar acaba.
   Veranos sofocantes, inviernos templados, pero de noches muy frías, lluvias raras y vientos violentos forman su climatología. El simoun y el khamsin levantan huracanes de arena en la desierta Tripolitana. Aquí y allí, Trípoli, Gadamés, Rhat, Mourzouk y Fezzan, son las ciudades oasis que alegran la vida del viajero.
   Á la sombra de las palmeras de dátiles, crecen, en planos escalonados, bosquecillos de duraznos, naranjos y campos de cebada y legumbres; pero son raros edenes entre el desierto que los circunda.


   Únicamente la meseta de Barka, la Cirenaica de los antiguos, produce con relativa abundancia aceite, vino, trigo y frutos. Era el granero de los romanos.
   La población, poco numerosa, de un millón aproximadamente, ó sea un habitante por kilómetro cuadrado, vive en estado nómada.
Bereberes, tuaregs y árabes llevan de poza en poza sus caravanas de camellos, carneros y cabras, acampando en los sitios menos áridos.
   Los sedentarios son especialmente malteses, algunos turcos y negros emancipados que trafican en las ciudades de la costa y cultivan los oasis.
Bereberes y malteses son musulmanes, cuyo fanatismo aumentan numerosas cofradías religiosas, los senoussi, que predican el odio á muerte contra el glaour ó cristiano.

     Pasado y porvenir.

   Colonizada, muchos siglos antes del cristianismo, al Oeste por Cartago y al Este por los griegos que hicieron de la Cirenaica una provincia civilizada y floreciente, la Tripolitania se convirtió en provincia romana. Más tarde, invadida por los árabes, y luego ocupada principalmente por los turcos, quedó semi-independiente hasta 1835 y sus corsarios devastaron por siglos enteros el Mediterráneo. A partir de esta fecha, la Tripolitana forma un vilayato turco, administrado por gobernadores turcos y custodiado por guarniciones otomanas.
   Hoy en día, los italianos ocupan las ciudades de la costa: Trípoli, Benghazi, Toubrouk y Derna; pero el interior aún no es suyo, y la conquista será difícil. ¿Será provechosa? El comercio es poco importante (unos 20 millones); las caravanas del Sahara, que en otro tiempo, contribuyeron á la riqueza del país, han cesado desde que el Sudán se aprovisiona por el Atlántico.
   Algunas regiones, la Cirenaica sobre todo, serán con el tiempo de gran rendimiento, y han de prestarse a la población europea, porque el clima es sano; pero ello exigirá un esfuerzo sostenido y muchos gastos de parte de Italia.

   El único rincón africano que, con la Abisinia y la pequeña república de Liberia, había escapado á la intervención europea, lo ha sido al fin con la conquista de Italia. Trípoli, antes casi desconocida, va á sernos revelado en todas sus manifestaciones, para enseñanza de industriales, colonos y hombres de empresa.

    Almanaque Bailly-Bailliere. Madrid, 1914 

No hay comentarios:

Publicar un comentario