Barcelona en 1714 resultaba ser el último bastión de los defensores del pretendiente austríaco a la corona de España. En la ciudad, sitiada ya durante muchos meses por tierra y mar por las tropas de Felipe V, el pretendiente Borbón, el hambre era su peor enemigo, apenas quedaban alimentos y el peligro a las epidemias era ya evidente, la situación por lo tanto resultaba insostenible. Las autoridades de la capital catalana, para paliar la desesperada situación y entre otros intentos por paliar la hambruna, deciden abrir un concurso entre los proveedores del gremio de la alimentación, premiar al que lograse presentar uno que no se estropeara en un largo periodo de tiempo y permaneciera en condiciones de ser ingerido. Por fortuna para aquellos y hasta nuestros días, un confitero apellidado Turrons ganó el concurso con un producto hecho de una masa de almendras y miel cubierta por obleas.
Hoy, se degusta en España y tradicionalmente en la Navidad (llamado turrón duro), en honor a este confitero catalán.
Nota: La almendra y la miel ya fueron utilizados en Al-Ándalus para la fabricación de numerosos dulces. Los árabes trajeron este postre a las costas del
Mediterráneo, en particular a España y a Italia. Una versión española del
"turrón" nace en la provincia de Alicante alrededor del siglo XV en
época de Carlos V.
Texto y dibujo: Enciclopedia Básica ARGOS
aun2016
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