Historia de Teruel
-Resumen-
Sus orígenes son hoy difíciles de determinar, aunque parece ser fue el primer pueblo de la península en formarse por la unión de Celtas e Iberos por lo tanto se cree que es el primer pueblo Celtibero, y que vivió en el noroeste de Teruel desde el siglo III antes de Cristo.
Su ciudad o asentamiento más importante fue Turba o Túrbula, cuya
ubicación exacta se desconoce, no obstante, los restos arqueológicos que se
conservan de un asentamiento permanente construido en grandes y medianos
sillares de piedra en la edad del Hierro la colocan en las proximidades de la
ciudad actual, la Muela de Teruel en el sitio del Alto Chacón.
La Túrbula de los Celtiberos se denomina
también Turbolium, Turvedo o Turdeto, que bien es posible que no identifiquen a
la actual Teruel, sino que hagan referencia a otras aldeas cercanas de los
Turboletas de las que no se conservan restos arqueológicos que así lo avalen.
Según el historiador Apiano (Historia de Iberia), codiciaron la
ciudad más importante de los Sedetanos, la ciudad de Arse, mas tarde Sagunto
romana y las hostilidades fueron tan grandes hasta dar lugar a situaciones de
continuas guerras. Un pueblo guerrero cuyo nombre de la tribu más tarde se convirtió
en un sinónimo de conducta desordenada, la Turboletae era una fuente constante
de problemas para la mayoría de sus vecinos. No sólo se hostigó a la
celtibérica Belli y Titii, sino que también allanó las del sudeste de los
pueblos ibéricos a lo largo de la mayor parte del siglo III antes de Cristo, en
particular la Edetani ciudad-estado de Sagunto.
No fueron los turbitanos quienes se apropiaron de terrenos disputados,
sino los saguntinos; los turbitanos fueron los que reclamaron los terrenos
usurpados por la expansión Edetani apoyada por intereses de los romanos en el
territorio, frente a la influencia y ambición de conquista de Aníbal.
Como aliados de Cartago el Turboletae participó activamente en el
incidente que desencadenó la Segunda Guerra Púnica, el asedio de Sagunto en el
219-218 a. de C., donde ayudaron a las tropas cartaginesas en el asalto final y
el saqueo de la ciudad, matando a una gran parte de sus habitantes.
La reacción llegó en el año 212 antes de Cristo cuando los romanos y sus
aliados Edetani invadieron Turboletania, apoderándose de Turba capital
arrasando hasta los cimientos, y sometiendo a sus habitantes a la esclavitud.
En el año 205 a. de C el Turboletae exhausto pidió la paz, en la que el Senado
romano les obligó a pagar una indemnización enorme a los ciudadanos
supervivientes de Sagunto. Sin embargo, el resentimiento alimentado por el
pesado tributo impuesto, junto con la destrucción de su ciudad capital fue en
los años siguientes responsable de la revuelta Tuboletae del año 196 a. de C,
bajo la dirección aparente de dos generales llamados Budares y Baesadines que
fueron aplastados por Q. Minucio, pretor de la Hispania Citerior en una batalla
campal cerca de las ruinas de Turba. La población restante Turboletae parece
haber sido ya sea borrada o simplemente reducida a la condición de sujeto y sus
tierras devastadas divididas entre los Bastetani y los Edetani, lo que da como
resultado su desaparición total de los registros históricos romanos antiguos.
Durante el periodo de ocupación musulmana recibió el nombre de Tirwal y
ocupó la parte más alta del actual Teruel, en lo que hoy se conoce como la
plaza de la Judería, espacio que nada tiene que ver con los primeros
habitáculos de la Villa Vieja, en la ribera del rió Alfambra, distante un
cuarto de hora de donde se halla ahora, poblado muy pequeño, anterior a la
reconquista y sin ningún tipo de amurallamiento.
Ante la conquista de Valencia por los almohades en agosto de 1171,
Alfonso II de Aragón conquistó el Tirwal a los musulmanes, si bien la población
islámica permaneció mayoritariamente en ella, lo amuralló, dejando siete
puertas para acceder a él, y lo incorporó a la Comunidad de Daroca, dejando
como tenente a Berenguer de Entenza, hasta que el 1 de octubre de 1177 le
concedió fueros propios y la nombró capital de la extensa Comunidad de Teruel,
que en su mayor parte estaba sin conquistar.
A partir de este momento la villa de Teruel fue el punto más avanzado de
la frontera aragonesa hacia tierras musulmanas, experimentó un notable
crecimiento gracias a su situación en la ruta de Levante y desarrolló una
importante industria pañera y de armas; pero siguió siendo hasta el siglo XIII
lugar de frontera entre el reino moro y el cristiano.
Contando con las milicias del Concejo, de Teruel partieron expediciones
militares de la Corona de Aragón dirigidas a la conquista del Rincón de Ademuz
en 1210, a Valencia en 1238 y a Murcia en 1266. Su castillo fue cedido primero
a la orden del Redentor y a partir de 1196 a los templarios. Una vez disueltos
éstos fue ocupado en 1317 por los hospitalarios.
En los enfrentamientos de la Unión y Pedro IV, la Comunidad de Teruel se
declaro partidaria del monarca, que recompensó y aseguró su fidelidad
otorgándole el título de ciudad el 7 de septiembre 1347, fueron restauradas las
puertas y murallas y le prometió construir una catedral. El ejército del
Concejo tomó parte en la batalla de Bétera en la que dicen sostuvo el mayor
peso de la batalla. Más tarde, la Ciudad fue el lugar de reunión del que
partieron las fuerzas reales poniendo fin a la Unión de Valencia.
Durante la guerra entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón en 1363,
la ciudad cayó en poder del castellano, después de nueve días de sitio, y
merced a una traición, pero fue recuperada por el aragonés tres años más tarde
el 5 de abril de 1367. Enfadado Pedro IV con los turolenses, por su escasa
resistencia ante los castellanos, les quitó los fueros y emancipó algunas
aldeas de la comunidad concediéndoles el título de villa. Más tarde,
arrepentido el rey aragonés, perdonó a los turolenses, pero a partir de
entonces comenzó un largo pleito entre Teruel y las aldeas emancipadas.
En 1427-1428 se celebraron, en Teruel, Cortes generales del reino,
convocadas y presididas por Alfonso V. Durante la estancia del rey tuvo lugar
un luctuoso suceso recogido por todas las crónicas locales. Se trata de la
ejecución en la horca del juez Villanueva por haber detenido, de acuerdo con
las disposiciones del Fuero, el desarrollo de las sesiones judiciales de la
Curia de los alcaldes en un momento en que el monarca hizo acto de presencia en
la misma. El episodio es uno más de los muchos que se sucedieron en el largo
enfrentamiento que, desde mediados del siglo XIV, mantuvo Teruel, aferrada a
sus Fueros y privilegios en constante conflicto con una monarquía que
evolucionaba hacia unas formas de gobierno centralizadoras y autoritarias.
En 7 de enero de 1482, los Reyes Católicos que venían de Valencia
acompañados del cardenal Mendoza, y grandes de Castilla y de Aragón, juraron en
la Iglesia de Santa María el Fuero de
Teruel, sus privilegios y libertades, sin embargo dos años después, la
ciudad se enfrentó al poder de los Reyes Católicos, que (1484) impusieron la
Inquisición, la cual iba en contra de los Fueros de Teruel. Sitiada la ciudad en
1486 que resistió, al final se impuso la fuerza de las armas y se implantó el
Santo Oficio (la Inquisición) y todos los cabecillas rebeldes, celebrado un auto de fe público fueron llevados a la
hoguera y confiscados sus bienes.
Durante los cien años posteriores se prolongó el rechazo de Teruel y la
defensa de los Fueros, alcanzando su punto álgido en las llamadas Alteraciones
de Teruel y Albarracín, cuando las dos comunidades se enfrentaron al poder
absoluto de la monarquía, las dos comunidades gozaban de sus propios fueros,
independientes de los de Aragón. Tras una larga disputa con Fernando II, Carlos
V y Felipe II, este último impuso su criterio por la fuerza de las armas.
Finalmente, en 1598, el monarca extendió los fueros de Aragón a Teruel y
Albarracín.
Durante los siglos XV, XVI y mitad del XVII
Teruel experimentó cierta prosperidad, reflejada en su crecimiento demográfico
(392 vecinos en 1495 y 503 en 1650), sin embargo a partir de la segunda mitad
del XVII inició su decadencia, aunque mantuvo sus industrias de paños y de
armas.
La ciudad abrazó la causa de Felipe V, manteniendo un batallón de
seiscientos hombres, que participó en esta guerra civil desde 1705 a 1715.
En 1775, desaparecidas tras los nuevos decretos las Cortes aragonesas y las instituciones del Reino, Teruel consigue el privilegio de voto en las Cortes castellanas. Con la nueva división territorial, Teruel es uno de los trece corregimientos en que queda dividido administrativamente el Reino de Aragón.
En 1775, desaparecidas tras los nuevos decretos las Cortes aragonesas y las instituciones del Reino, Teruel consigue el privilegio de voto en las Cortes castellanas. Con la nueva división territorial, Teruel es uno de los trece corregimientos en que queda dividido administrativamente el Reino de Aragón.
Durante la guerra de la Independencia fue transitoriamente sede de la
Junta de Aragón desde mayo de 1809 hasta la ocupación por las tropas del
mariscal Louis-Gabriel Suchet (duque de la Albufera), en diciembre de 1809.
Teruel desde 1833, capital de provincia, ya en las dimensiones actuales (la de José Bonaparte de 1810 y la del Trienio Constitucional de 1822 resultaba de menor extensión) le da la condición de centro administrativo, judicial, docente, comercial y de comunicaciones. Sin embargo la situación geográfica de la capital ha hecho que grandes áreas de su provincia resulten muy alejadas y mal comunicadas con ella.
Teruel desde 1833, capital de provincia, ya en las dimensiones actuales (la de José Bonaparte de 1810 y la del Trienio Constitucional de 1822 resultaba de menor extensión) le da la condición de centro administrativo, judicial, docente, comercial y de comunicaciones. Sin embargo la situación geográfica de la capital ha hecho que grandes áreas de su provincia resulten muy alejadas y mal comunicadas con ella.
El estallido de la Guerra Civil de
1936-1939 convirtió a Teruel en centro de atención, librándose entre el día 15
de diciembre de 1937 y hasta el 22 de febrero de 1938, la batalla de Teruel, en
la que se empleó todo el potencial de que disponían ambos ejércitos. A mediados
de 1938, se alejó el frente de tierras aragonesas y tras terminarse la guerra
en 1939, se procedió por la Dirección General de Regiones Devastadas a la
reconstrucción de la ciudad, dado el alto grado de destrucción en el que había
quedado.
aun2014
agachate
ResponderEliminar