El ingeniero don Francisco Bonet Dalmau, fabricante textil y gran aficionado a la mecánica estuvo en 1889 visitando la Exposición Universal de París, y entusiasmado por los vehículos de propulsión mecánica que en la Ville Lumiére, acababan de nacer, concibió el proyecto de construirse uno propio, con esta finalidad adquirió entre otros un motor de explosión interna de dos caballos y medio de fuerza, marca Panhard & Levassor, fabricado por Gottlieb Daimler, fundador de la fábrica de automóviles Mercedes.
A su regreso a España, y ya en Barcelona, en su fábrica de géneros de punto de la calle de la Diputación, Bonet ayudado por un mecánico construyó un bastidor al que acopló tres ruedas de carro cuyas llantas fueron revestidas de goma maciza. Siendo la rueda trasera la motriz, activada por una correa sinfín que iba de la polea al árbol del motor. Las ruedas delanteras eran directrices y se movían mediante un sistema de articulación por medio de un manillar sujeto al salpicadero, y una especie de radiador situado delante del cárter del motor completaba aquel artefacto.
El día 12 de diciembre de 1889, con el número de registro 10.313, Bonet presentó la memoria descriptiva del vehículo (en los planos iniciales el vehículo a construir tenía cuatro ruedas y trasmisión por cadena y diferencial) por el que se le concedió patente de invención por veinte años, el día 15 de enero de 1890.
A. U. N.
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