Monumentos arquitectónicos de la provincia de Teruel
Alfonso
el Batallador, poco después de la conquista de Zaragoza, venció a los moros que
poblaban la antigua Alcanit, importante población árabe situada a unos tres kilómetros
del Alcañiz moderno, aguas arriba y a la izquierda del Guadalope.
La
fundación de Alcañiz comenzó en 1119, como era natural por el castillo, que desde
luego pasó a ser residencia de la orden de Calatrava.
Al
abrigo y defensa del castillo se edificó la población. La primera de sus
iglesias parroquiales fue dedicada a San Pedro. Las otras se titularon de Santa
María, San Juan y
Santiago. Elevada la de Santa María a Colegiata por el Papa Benedicto XIII en
el año 1407, a instancias de San Vicente Ferrer, se la declaró al mismo tiempo
única parroquia.
Nuestro
grabado representa la portada del primitivo templo parroquial de Alcañiz dedicado
como dejamos dicho a San Pedro.
Respecto
a su antigüedad no puede dudarse. Corresponde a la primera mitad del siglo XII.
Es
un precioso ejemplar de aquella arquitectura, que empezó tomando el nombre de
los accidentes secundarios según las localidades, y que después se calificó por
los elementos constitutivos a que debe su modo de ser propio.
La
arquitectura románica es quizá, de entre todas, la que más denominaciones gratuitas
ha recibido, pues desde el que la llamó gótico-germánica, de mazonería, de crestería
y gótica moderna, para distinguirla de greco-romana, hasta el que la calificó
de antigualla gótica, ha sufrido tantos nombres de pila cuantos han sido los que
se ocuparon de ella en lejanas épocas.
A
la arqueología se debe que el estilo de la preciosa portada de San Pedro que
reproducimos, llamado lombardo en Italia, normando en Francia, sajón en
Inglaterra y teutónico en Alemania, estilo que precediendo al ojival continuó
desde el siglo VIII hasta el XIII, uno en el fondo pero diverso en los
detalles, según las revoluciones sociales que necesariamente habían de afectar
sus formas, a la arqueología, repetimos, se debe el que después de estudiado el
fin de los monumentos, conocidos sus orígenes y determinados sus cambios, se
haya designado con el nombre de románico al estilo propio de los edificios anteriores
al siglo XIII, por más que haya escritores de nota que sostienen que debe llamarse
romano bizantino, de cuya opinión no disentimos en absoluto.
Como
no es nuestro ánimo entrar a discutir este punto, nos limitamos a presentar ejemplar
tan curioso del mencionado estilo en la seguridad de que aquellos de nuestros
lectores que sean amantes de las bellas artes encontrarán, tanto en el conjunto
de la portada de San Pedro, como en los detalles de sus columnas, arcos
superpuestos, archivoltas, etc., un bonito specimen de la mencionada
arquitectura.
Lástima
grande es que nuestro país se halle tan exhausto de recursos y que no existan
medios de acometer la restauración de preciados monumentos, apenándose el espíritu
más fuerte al ver cómo van desapareciendo inestimables joyas que constituyen
los más ricos eslabones de la preciosa cadena que forma la brillante historia de
la arquitectura española.
El
Ayuntamiento de la ciudad de Alcañiz está en el deber de procurar la
conservación de esos restos de nuestra anterior grandeza, no solamente por su
mérito artístico, sino también por lo que representan.
Arte y Letras
Revista mensual de Amigos del Arte
Teruel, julio de 1933
turoliense.aun2020
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