martes, 24 de marzo de 2020

Albarracín Histórico


Albarracín Histórico


Descripción

Albarracín es un núcleo urbano que se comunica con las ciudades de Teruel, Valencia, Cuenca y Zaragoza. Se sitúa en la cuenca del río Guadalaviar, en el sistema ibérico y más concretamente en la Sierra de Albarracín. Gracias a esta situación geográfica su entorno constituye un paraje geológico y natural de gran belleza y relevancia.

La Sierra de Albarracín fue poblada en el periodo Epipaleolítico por cazadores y recolectores que dejaron testimonios como las pinturas rupestres de estilo levantino halladas en Albarracín e incluidas en la declaración de Patrimonio Mundial del arte rupestre levantino. Esta declaración propició la creación del Parque Cultural de Albarracín.

Hacia el siglo II a. C. se produce la romanización de asentamientos celtibéricos de la zona. De esta época se conserva parte trazado de arquerías y galerías excavadas en la roca de  un acueducto romano que comunicaba Albarracín con el municipio de Cella, construido probablemente durante el siglo I.

Parece estar constatado la fundación de la ciudad de Albarracín sobre una villa romana  que contó en época visigoda con una iglesia dedicada a Santa María. La Iglesia de Santa María de Levante fue sustituida por otra de fábrica medieval y levantada de nueva planta en 1567 por Quinto Pierres Vedel.

Fue gobernada por los Beni Razín durante la dominación musulmana. Testimonios de este periodo histórico son el torreón del Andador, la Alcazaba y la torre del Agua. La Edad Media será uno de los periodos de mayor desarrollo económico y arquitectónico. Destacan la muralla, cuyos restos más antiguos datan del siglo XI, y el castillo de El Andador. La Catedral de El Salvador se construyó en el siglo XIII en estilo gótico y se reformó en el siglo XVI. Anexo a la catedral se edificó el Palacio episcopal cuya actual fachada de estilo barroco, se incorporó en el siglo XVII.

Durante la Edad Moderna, fruto del desarrollo económico de la ciudad se construyen  caserones y palacetes hoy conservados. Los más importantes se encuentran en torno a la plaza de Santa María, hoy plaza Mayor, como son la Casa Consistorial o la casa de Jun Gómez. De la plaza parte la calle de Azagra, en la que se disponen las denominadas "casas colgantes" y tres importantes casas señoriales: la casa de los Dolz de Espejo, el palacio de los Navarro de Arzuriaga y la casa de la Brigadiera, convertida en el actual Hotel Albarracín. En cuanto a arquitectura religiosa de este periodo destacan el monasterio de San Bruno y el de San Esteban.

Entre los siglos XVII y XVIII se construyen además la iglesia de Santiago muy cerca de la Fuente medicinal del "Chorro" y la ermita de la Vega que conserva en su interior la talla de una Virgen románica. Barroco es también el colegio de Los Escolapios.

Es de destacar la existencia de importantes instituciones como el Museo del juguete, el Museo Diocesano y la labor actual realizada por la Fundación Santamaría en la restauración de su patrimonio arquitectónico.


Historia

Origen, Siglo VII a. C.

Durante el Epipaleolítico, hacia el año 6000 a. C., se asientan en la sierra de Albarracín pueblos cazadores y recolectores. Durante la I Edad del Hierro, tras la revolución neolítica, se crean los primeros núcleos poblacionales en el territorio y el desarrollo de industrias cerámicas y la agricultura.

Siglo VI a. C. al Siglo I a. C.

Se tiene constancia de poblamientos celtibéricos ente el siglo VI y el siglo I a.C., como el denominado Lobetum, en el centro de la Sierra de Albarracín.

Siglo I a. C. al Siglo VII d. C.

Tras la toma de Numancia por los romano en el año 133 a. C. se produce la romanización de la zona. La Actual Albarracín se levanta sobre una Villa romana. Durante el reinado de los Visigodos se edificó un templo dedicado a Santa María, por lo que la población pasó a llamarse, según fuentes literarias, Santa María de Levante.

Siglo VIII al Siglo XI

En el año 711 se produce la invasión musulmana de la Península y la desaparición del reino Visigodo. En la Sierra de Albarracín, debido a su situación geográfica, se asientan un grupo de bereberes de la tribu de Ibn Razín, del que tomará el nombre la nueva Albarracín, pasando a llamarse Santa María de Ibn Razín. Se convertirá en un reino independiente del califato de Córdoba.  Su último dirigente árabe será Abdelmélic, que consiguió mantenerla como reino libre. El Cid y Jaime I el Conquistador intentaron entrar en ella sin éxito. Serán los Almorávides quienes consigan unirla al reino de Valencia en el siglo XI.

Siglo XII al Siglo XVII

Tras la conquista cristiana de la Zona pasa a ser propiedad del señor navarro Don Pedro Ruiz de Azagra, en 1170. Su familia osténto el gobierno de la ciudad hasta el siglo XIII, cuando el rey de Aragón Pedro III ocupa la ciudad y desposee del señorío a los Azagra. Se dotó a Albarrcín de un fuero semejante al de la ciudad de Teruel.
Pedro IV de Aragón la incorporó a sus dominios en el siglo XIII y su sucesor Juan II le concedió el título de Ciudad. Tras enlaces y alianzas matrimoniales pasara a pertenecer en el siglo XIV, a la corona de Aragón. Será Felipe II quien decide acabar con el foralismo de Albarracín en 1598.

Siglo XIX al Siglo XX

Los franceses entrarán en Albarracín en 1809. Tras la invasión francesa su prospera economía se resiente, desapareciendo gran parte de su industria.
La Guerra Civil española incrementará aún más la decadencia de la zona.

Declaración, Siglo XX (1961)

La ciudad de Albarracín fue la primera ciudad de Aragón en ser declarada conjunto monumental. Dicha declaración se llevó a cabo mediante el Decreto 1234/1961, de 22 de junio, del Ministerio de Educación Nacional, que fue publicado en el Boletín Oficial del Estado el 20 de julio de 1961.

Siglo XXI

Actualmente Albarracín es un núcleo de gran actividad industrial, sobre todo maderera y gran desarrollo del sector servicios y turístico.

Declaración, Siglo XXI (2011)

El Boletín Oficial de Aragón del día 30 de mayo de 2011 publica la Orden de 18 de abril de 2011, por la que se delimita el conjunto histórico de Albarracín (Teruel) y su entorno de protección.


Bibliografía

ALMAGRO, A.; JIMÉNEZ, A.; PONCE DE LEÓN, P. Albarracín: El proceso de restauración de su patrimonio histórico, Fundación Santa María de Albarracín, Albarracín, Teruel, 2005.

MOZOTA, J. P. Albarracín: ciudad histórica y monumental, Ediciones Sicilia, Zaragoza, 1994.

VV. AA. Albarracín, guía de la ciudad, Ed. Ambit, Barcelona, 2001.

VV. AA. Albarracín y los Montes Universales, Colección Rutas CAI - Nº 3 Ed. CAI – PRAMES, Zaragoza, 2003.




Albarracín Recinto Fortificado


Descripción

Albarracín nació como una pequeña aldea preislámica en torno a la iglesia prerrománica de Santa María. Desde sus orígenes ha estado marcada por su ubicación, siendo determinante su potencial como lugar defensivo. Su recinto amurallado, fruto de diversas ampliaciones, rodea completamente el casco histórico de la localidad.

En torno al año 965, durante la ocupación musulmana, se desarrolla el primer recinto defensivo. Comprendía la iglesia de Santa María y el Alcázar.

Del alcázar musulmán, situado en uno de los extremos de la población dominando el río Guadalaviar, se conservan los restos de los basamentos de la muralla y de los torreones. Tipológicamente se le puede incluir dentro del grupo de castillos-recinto. El Castillo quedaba protegido por tres puertas de las que solo se conserva con claridad la puerta actual insertada en el mismo recinto. Cuenta con once torres de planta circular y una de planta cuadrada. En el nivel superior se encuentra la residencia principal entorno a un patio, bajo el que se localiza un gran aljibe. Al Norte del patio ha aparecido parte de un baño musulmán. En la zona Sur del recinto pudo localizarse el barrio musulmán.

También de finales del siglo X data la Torre del Andador, que en principio fue una torre albarrana, que se incluyó en el recinto fortificado a comienzos del siglo XI, cuando el aumento de población y la conversión de la ciudad en capital de la taifa gobernada por los Banu Razin, hizo necesaria una ampliación de la muralla. A causa de la gran ampliación el primitivo portal de Hierro quedo dentro del nuevo recinto en el que se abrieron tres portales: al este, el Portal de Teruel, hoy desaparecido; al oeste, el Portal de Molina; y al sur, el Portal del Agua.

El Portal de Molina está formado por dos torreones de planta cuadrada y entre ambos un arco de medio punto de gran dovelaje de sillería. El Portal del Agua, construido para facilitar una salida semioculta de la ciudad en caso de asedio o necesidad de abastecimiento de agua, está adosado a uno de los torreones de la muralla y protegida originalmente por la Torre de la Muela (actualmente no conservada). Consta de un arco de sillería de medio punto hacia el exterior y arco rebajado al interior. Sobre el arco se dispuso una pequeña edificación de cuerpo de guardia, con balcón hacia el exterior y galería intramuros; una escalera desde el interior del recinto permite el acceso al torreón contiguo, de planta cuadrada y gruesos muros de mampuesto rematados con almenas.

En 1169 pasa a manos de los Azagra que la mantendrán hasta 1284, cuando Pedro III conquista Albarracín. En este momento el recinto fue rehabilitado en su mayor parte, algo que también ocurrió bajo los reinados de Jaime II, Pedro IV y, en menor medida, de Fernando el Católico. Su importancia defensiva se perdió en el siglo XVIII, cuando Felipe V desmanteló la fortaleza.

Del siglo XIII data la Torre Blanca situada junto a la iglesia de Santa María. Con ella se completó el sistema defensivo de la ciudad.

Será en el siglo XIV cuando se lleven a cabo importantes obras de rehabilitación por Pedro IV. Se acondicionaron las murallas anteriores y se prolongaron hacia el Noreste. Se hicieron en mampostería, con muros de 1,60 metros de espesor y 12 de altura, los torreones prismáticos están separados por unos 40 metros y tienen una altura de 16 metros. De esta etapa son los restos que hoy se contemplan.


Historia

Construcción original, Siglo X

En torno a una aldea preislámica, cuyo núcleo era la iglesia de Santa María, se desarrolla en el siglo X el primer recinto defensivo, que comprendía la citada iglesia, el alcázar, una torre albarrana (Torre del Andador) y la puerta de entrada (Portal de Hierro). La dinastía de los Banu Razín, de origen bereber, se estableció en la zona en torno al año 965 en tiempos del califa Alhakan II. En el siglo X se menciona el castillo pero en los siglos XI y XII la población ya tenía categoría de medina encuadrada en la Marca Media del califato.

Ampliación, Siglo XI

En el siglo XI se produce una ampliación del perímetro amurallado, quedando la fortificación anterior intramuros del nuevo recinto, en el que se abrieron tres portales: el de Teruel, hoy desaparecido, el de Molina y el del Agua.

Rehabilitación, Siglo XIII

Tras la descomposición del califato, en 1104 fue ocupada por los almorávides y en 1145 pasó a depender de la taifa de Valencia. En 1169 por acuerdo del rey Lobo de Valencia o por acuerdo de los reyes Alfonso de Aragón y Sancho IV de Navarra pasó al señor de Estella, Pedro Ruiz de Azagra. Los Azagra mantuvieron la posesión de Albarracín hasta 1284 en que Pedro III la conquistó. Es a partir de esta fecha, sobre todo en el siglo XIV cuando se llevan a cabo las principales obras de rehabilitación del conjunto, especialmente de la muralla.

Proyecto de demolición, Siglo XVIII

Su importancia defensiva se perdió en el siglo XVIII, cuando Felipe V desmanteló la fortaleza. Felipe V abolió los fueros de Aragón y mandó desmantelar el castillo, aunque no las murallas y las torres principales, como la del Andador o la de Doña Blanca.

Restauración, Siglo XX (1984)

En 1984 el Gobierno de Aragón inicia trabajos de restauración en el lienzo norte de la muralla y se recuperan por completo los muros oeste y sur. En el lienzo norte se remataron los coronamientos; en el lienzo occidental se repararon los remates y una esquina interior de la primera torre que se encontraba derrumbada; en la torre de la puerta de Molina se sustituyó la cubierta y se abrieron las almenas. El paño más meridional del lienzo se encontraba enterrado y se procedió a su desescombro. El arquitecto Antonio Almagro Gorbea dirigió la obra, cuyo presupuesto de ejecución fue de 210.891,50 euros.

Restauración, Siglo XXI (2000)

El Gobierno de Aragón interviene y realiza restauraciones puntuales en el Castillo.

Declaración, Siglo XXI

El Recinto Fortificado de Albarracín está incluido dentro de la relación de castillos considerados Bienes de Interés Cultural en virtud de lo dispuesto en la disposición adicional segunda de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés. Este listado fue publicado en el Boletín Oficial de Aragón del día 22 de mayo de 2006.


Bibliografía

ALMAGRO GORBEA, ANTONIO. Albarracín una ciudad de herencia cultural musulmana, II Jornadas de Cultura Islámica. Aragón vive su historia, Ediciones Al-Fadila, Teruel, 1988.

ALMAGRO, MARTÍN. Albarracín y su comunidad, Historia; 9. Id.Teruel, 1959.

ALMAGRO, MARTÍN. Excavaciones en el recinto murado de Albarracín, Noticiario Arqueológico Hispano, Madrid, Vol.5, 1977, pp.355-358,

MÉNDEZ DE JUAN, J.F., GALINDO PÉREZ, S. Y LASHERAS RODRIGUEZ, J. Aragón Patrimonio Cultural Restaurado 1984/2009. Bienes Inmuebles (2 Tomos), Gobierno de Aragón- Departamento de Educación, Cultura y Deporte, Zaragoza, 2010, pp. 549 y 607.

VIGUERA, Mª JESUS. Aragón Musulmán, Mira editores, S.A. Zaragoza, 1988.

VIGUERA, Mª JESUS. La fragmentación del califato de Córdoba, Historia 16, Número 201. Ed. Información y Revistas S.A. Madrid, 1993.

VV.AA. Castillos de España (volumen I), Editorial Everest, S.A. León, 1997, pp. 438-441.

VV.AA. Albarracín y los Montes Universales, Guías Cai, Prames, Zaragoza, 2003.


Textos y fotografías: patrimonioculturalde@aragon.es


turoliense.aun2020



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