jueves, 3 de octubre de 2019

El Cabezo de Alcalá de Azaila


Yacimiento Ibérico-romano de El Cabezo de Alcalá de Azaila




Viaje a El Cabezo de Alcalá de Azaila


En este cabezo se sitúan los restos de un poblado ibérico, dominándose a su alrededor un amplio panorama de hasta treinta kilómetros: lo que permitiría una cierta seguridad a sus pobladores. Las primeras excavaciones entre se llevaron a cabo entre 1868 y 1872 por Pablo Gil y Gil, siendo sus resultados publicados en 1890 por Gascón de Gotor. Más adelante fue Juan Cabré Aguiló quien se responsabilizó entre 1919 y 1942 de las excavaciones. Se excavó la acrópolis y la necrópolis hallstática. En 1976 Miguel Beltrán publicó su tesis doctoral sobre este yacimiento y realizó nuevas catas. Se han podido reconocer así varias fases de ocupación: La primera, preibérica, desde el 550 a. C.; y la segunda, ibérica tardía hasta su destrucción entre el 75 y el 72 a. C. en el contexto de las guerras sertorianas.

La ciudad se extendía sobre unas veinte Has, 20 has, típico poblamiento de la Sedetania. Se distingue la ciudad alta de la baja. Ésta última no tiene unos límites claros y parece que sería el lugar ocupado por el pueblo llano; en su zona de servicios se sitúan las termas, careciendo de zona de defensas. La acrópolis amurallada es el lugar de refugio de la población; en ella se localizan los edificios más representativos, disponiendo de una red viaria pavimentada.

Respecto a la arquitectura pública es manifiesto el sistema poliorcético, con doble línea de murallas, siguiendo la tradición ibérica. No hay restos de torres, bastiones ni puertas. A pesar de su endeblez, la muralla pudo cumplir funciones como muro de contención o aterrazamiento. Pequeño templo in antis de orden toscano. La pronaos está pavimentada con un opus signinum de escamas; las columnas y el dintel serían de material lígneo; los muros de mampostería recrecidos con tapial o adobe y revestidos en el interior de la cella con estucos pintados imitando el primer estilo pompeyano. Termas situadas al pie de la acrópolis.

En cuanto a la arquitectura privada se emplean zócalos de mampostería con última hilada en adobe o tapial, sillares de arenisca en los lugares más nobles, suelos de tierra apisonada y techumbres sobre vigas de madera con materiales perecederos, siguiendo la tradición indígena aunque adoptando, en ocasiones, algunos elementos de la arquitectura itálica. Las casas más grandes suelen abrir sus estancias en torno a un patio central pero las más pequeñas mantienen la planta rectangular y carecen de patio.

En el templo se encontró un grupo escultórico en bronce consistente en una figura masculina, una cabeza femenina y un caballo a tres patas. Cerámica a mano ibérica lisa y decorada; campaniense A, B, y C; cerámica gris y cerámica común tanto ibérica como romana. Los motivos decorativos son geométricos, fitomórficos y representaciones de figuras humanas y de animales. También han sido hallados algunos fragmentos de cerámica griega de figuras rojas (s. IV a. C.).

Se han encontrado dos tesorillos con piezas procedentesde Kelse, Iltirda, Seteisken, Lakine, Bolskan, Iltukoite y Ebusus, entre otras, con un total de 797 monedas. Algunos investigadores situaron aquí la ceca de Belikiom, que acuñó plata y bronce con signario ibérico en el último tercio del siglo II y primero del I a. C., pero su localización es insegura. Las investigaciones más recientes mantienen que Azaila no realizó emisiones monetales. Hay numerosos grafitos ibéricos sobre cerámica y dos estampillas. Datos de J. Andreu y M. P. Rivero (Universidad de Zaragoza, Proyecto Clío).

Recientemente se ha inaugurado en el pueblo de Azaila un interesante centro de interpretación que se suma a los que ilustran el pasado ibero de esta amplia zona. A su amparo algunos artesanos han reproducido diversos objetos del ajuar ibero, joyas, cerámica, disponibles en el Centro de Interpretación.


Aragón Turístico y Monumental
Alejandro Abadía París
Zaragoza, diciembre 2009


aun2019



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