La
Vaquilla del Angel, 1914
Desde
la mañana del domingo se notaba en la población una gran animación que se salía
de lo ordinario, y era que el ambiente estaba saturado de la alegría popular
que esta fiesta tiene en Teruel.
Por la tarde se desbordó el entusiasmo y desde las primeras horas se vieron
constantemente grupos de gente que cargados la mayor parte con la cesta y la
indispensable bota, se dirigían a la plaza de Toros para coger sitio a la
sombra pues suponían (como así era) que al sol habían de achicharrarse.
El
mucho calor no fue obstáculo para que se llenara la plaza y el que acudió tarde
tuvo que sentarse donde pudo, pero todo se puede dar por bien empleado; el contemplar
a tantas mañicas con el pañuelo
encarnado, capaces de quitar la cabeza a cualquiera, bien merece un rato de
sol.
A
las cuatro y media apareció en el palco presidencial el Sr. Alcalde acompañado
de los concejales y ocupada la meseta de toril por la Comisión de Concejales se
hace la señal de costumbre y a los acordes de un pasodoble aparece la cuadrilla
que es saludada con nutridos aplausos.
Verificado
el desfile y recogida la llave se da suelta al primero de los bichos que era de
gran cuidado por lo mucho que había aprendido en otras plazas.
Apenas
salió uno de los chicos llamado Vazquez fue enganchado aparatosamente, teniendo
que ser retirado a la enfermería, donde los Médicos señores Sancho, Muñoz y
Remón procedieron a reconocerlo, resultando que tenía un puntazo en la parte
superior de la pierna izquierda y un fuerte varetazo en el pecho; seguidamente
lo curaron teniendo la necesidad de darle cuatro puntos de sutura.
Con
muchas dificultades pues el toro se traía lo suyo, le pusieron dos medios pares
de banderillas y fue retirado al corral para dar suelta al segundo que era todo
lo contrario que el otro, y se aprovecharon los chicos tirando de repertorio.
En
el intermedio durante el descanso el público se dedicó a vaciar las cestas y
una vez pasados los treinta minutos reglamentarios volvieron a salir los bichos
sin que ocurriera nada de particular.
Por
la noche como de costumbre ya inmemorial la gente se echó a la calle; en la
Glorieta la banda municipal como estaba anunciado, dio un concierto-baile, que
fue aprovechado por la gente joven para divertirse hasta las doce en que
terminó, y entonces se desparramaron por las calles, los unos para no dejar
dormir a los que estaban muy tranquilos en la cama, y los otros para llamar a
sus amigos con el objeto de subir a la Plaza a presenciar la bajada de los
toros.
A
las tres de la mañana los alrededores de la Plaza de Toros estaban atestados de
público, destacándose muchas mujeres jóvenes y bonitas que daban una animación
extraordinaria y que estaban mu propias
con las alpargatas blancas y el pañuelo encarnado al cuello.
A
las cuatro y media salió el primer toro al redondel y seguidamente fueron
bajados al corral los dos animales para ser corridos más tarde en la forma
acostumbrada.
En
la plaza del Mercado a causa de la mucha aglomeración, hubo dos o tres caídas
que no tuvieron importancia; y terminó la tradicional fiesta de la Vaquilla sin
incidentes dignos de ser mencionados.
Abundaban
mucho los aprovechados y las que se dejaban querer.
Y
hasta el año que viene.
…
Por eso toda esa gente
la
vemos fría y dejada,
y
la encontramos doliente,
y
la vemos como ahogada
de
una enorme pesadilla
que
invade todos sus poros:
y
es que pasó la “Vaquilla”
es
que vienen de los toros.
Spiritualis.
Cuadro: "La Vaquilla del Angel", Salvador Gisbert
Finales siglo XIX
Diario Turolense
Finales siglo XIX
Diario Turolense
Teruel,
14 de julio de 1914
turoliense.aun2020
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