Plaza de Toros de Teruel
-Los Inicios-
La
ciudad de Teruel ha tenido tres plazas de Toros; la primera situada en los
llanos de San Cristóbal, junto al grupo de viviendas construidas por la
Organización Sindical y en el complejo parroquial de San León Magno, la primera
corrida se celebró el día 8 en septiembre de 1850, Su traza era un polígono de
24 lados, con un diámetro del ruedo de 50 metros, y una capacidad para 9.000
espectadores, repartidos en 72 palcos, grada cubierta y tendido. Entre sus
dependencias se contaban: café, enfermería, guardanés y cuadra. Estuvo en
funcionamiento hasta 1929 y fue derruida por el Ayuntamiento en 1933.
En 1929, el arquitecto municipal declara el estado ruinoso de la plaza, y ante una posible tragedia, Teruel se queda sin toros en sus Ferias y Fiestas de San Fernando.
Será una fecha tan señalada como la del 1,° de Junio de 1929 cuando se celebró el último festejo en la plaza "Vieja". Los tres últimos festejos fueron; el 30 de mayo una corrida con toros de Lozano para Nicanor Villalta, Armillita (Juan) y Tato de Méjico; el 31 una novillada para Barrera-chico y Paquito Torres, con reses de Santos, y el mentado día 1,° una charlotada con "bichos", ese ganado para el Empastre de Catarroja.
Al siguiente año, una plaza de madera colocada en las proximidades del actual coso taurino, permite a los turolenses celebrar festejos hasta 1934 inclusive, aunque solo novilladas.
Plaza de Toros Vieja |
Plaza de Toros Vieja |
En
1934, un grupo de aficionados, mediante la aportación de acciones, constituye
una sociedad. La obra fue financiada por el Ayuntamiento de Teruel (que abonó el
50 % del coste, quedando como propietario de la plaza), la Cámara
de Comercio y una suscripción popular.
El arquitecto encargado de las obras fue José Antonio Muñoz y el contratista
José Plaza, que usaron los planos de Santiago Gisbert, con un aforo oficial de
siete mil personas, amplias dependencias, magnifica visibilidad desde todas sus
localidades y dentro de su sencillez arquitectónica de una elegante traza.
Costó 300.000 pesetas.
El
edificio está construido en estilo neomudéjar usándose ladrillo turolense. El
diámetro del ruedo es de cincuenta metros y tenía originalmente una capacidad
de 6.407 localidades, incluido; palcos y tendido. Tiene dos torreones almenados en su
fachada, que descansa en un zócalo corrido en donde se ordenan vanos que
abarcan la altura del edificio.
En
1935 se produce la inauguración de la plaza, siendo arrendatario de la plaza el
torero Domingo González Mateos “Dominguin”, quién debía abonar 8.000 pesetas
anuales. La inauguración, el 30 de mayo de 1935, se realizó durante las fiestas
patronales de San Fernando, anunciándose toros de la ganadería de María
Montalvo, y la participación de los toreros Nicanor Villalta, Armillita Chico y
Domingo Ortega. Los toros de Montalvo fueron sustituidos por otros de Julián
Fernández Martínez de Colmenar al no pasar el reconocimiento veterinario.
Villalta fue el primer torero en matar un toro en la plaza, por lo cual se
llevó dos orejas.
Inseguro
el tiempo. No hubo lleno. Presidieron el comisario de Policía asesorado por el ex-picador
Cantaritos y el veterinario señor Soria. Corrió el caballo de la llave Angel Pescador. El
ganado, traído precipitadamente a la plaza, sin reposo en corrales, no dio la casta que se esperaba. Villalta dos orejas y rabo. En el segundo ovacionado. Armillita
Chico, dos orejas y rabo y en su segundo dos orejas rabo y pata. Domingo Ortega
pasó por nuestra plaza sin pena ni gloria. Llovió a cántaros.
En
1936, estaban anunciados Armillita Chico, Domingo Ortega y Curro Caro. El pleito
de los toreros mejicanos, impidió la actuación de Armillita, quedando la
corrida en un mano a mano Ortega y Caro.
Días
antes de la guerra civil, hay cuatro toros para Cayetano Ordoñez, “Niño de la
Palma” y Jaime Noain. Media hora antes de la corrida se suspendió por falta de
público.
A
la salida de una becerrada, el 18 de julio de este año, estalla la guerra.
Y
las puertas de la plaza no se abren hasta 1940, después de una necesaria
restauración.
El Ayuntamiento rescató las acciones, abonando el 50 por cien y quedando propietario del inmueble que reparó de los destrozos sufridos en la contienda y mejoró las dependencias con arreglo a las nuevas disposiciones reglamentarias.
Vicente
Barrera, El Estudiante y Pericas, fueron los tres espadas que despacharon un
precioso lote de Clairac, Vicente dijo después de la corrida que los toreros
deberían pagar por torear reses como estas.
En el cartel; Marcial Lalanda, Gabriel Pericás Ripoll y Francisco Vega de los Reyes Gitanillo de Triana. Pericás no puede acudir por
una cogida y le sustituye Ignacio Sánchez Mejías; fue una corrida sosa.
Este año (1941) se celebra por primera vez después de la guerra civil, la tradicional Vaquilla del Angel.
Fotografía color: El Periodico de Aragón
Fotografías b/n : dominio público
Carteles: vaquillas.es
Alfonso Utrillas Navarrete, 2019
aun2019
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