Fortanete
Villa
de la provincia de Teruel, a 80,5 km. de la capital. Situada en el piedemonte
de la sierra de la Cañada, junto a la rambla de Mal Burgo (cuenca del Guadalope),
a 1.353 metros de altitud Temperatura media anual, 8°. Precipitación anual, 700
mm. Población: en 1998, 195 hab.; en 1978, 368 hab.; en 1950, 830 hab.; en
1900, 1.461 hab.
Situado
al norte de la zona oriental de la sierra de Gúdar, Fortanete se encuentra
situado a nueve kilómetros de Puerto Pelado, resguardado por el monte Frontón.
En tiempos le dieron escolta dos castillos, el de los árabes -del que todavía
quedan restos sobre la colina que domina el casco urbano- y el del Cid
Campeador, sobre el montículo de los Mercadales. El origen del nombre, es
Fort-Anete, de fort, que significa fortaleza, y anete, que es deformación de
Aneto, altura máxima, nombre dado al pico más alto de los Pirineos.
Fortanete
está considerado como la joya oculta del Maestrazgo, a 80 kilómetros de Teruel
y 265 de Zaragoza. El caserío se levanta a 1.400 metros sobre el nivel del mar,
si bien en el término municipal hay picos mucho más elevados, tales como el de
Tarayuela, a 2.100 metros; el de Tarrascón, a 1.995, y el Pairón de la
Capellanía, a 1.945 metros. La municipalidad está compuesta, en consecuencia,
por serranía y monte.
Existen
dos poblados iberos, Villasejo y Hontanejos, y se supone que la primitiva
población se asentó en Fuente Mayor, a juzgar por los restos de cerámica
encontrados allí. A esa fuente de excelentes aguas hay que sumar también las
del Mosquito, la Canaleta y el Tosco.
Abundan
los edificios nobles. La casa consistorial es del siglo XVI y se adorna con
interesantes artesonados. La antigua casa palacio de los marqueses de
Villasegura alberga en la actualidad el cuartel de la Guardia Civil. Continúan
en pie otros caserones notables, como el de los marqueses de Medinaceli, la
casa conocida también como del marqués, en la calle de Benón, la mansión de los
Lorcas y la que sirvió de prisión durante las guerras carlistas.
La
iglesia parroquial es de grandes proporciones. Su construcción se inició a
mediados del siglo XVI y concluyó a finales del XVII. En las obras trabajaron
todos los vecinos. El templo consta de tres naves, con el coro sobre el ábside
y dos púlpitos. Entre sus tesoros artísticos sobresale un cáliz gótico, de
plata.
En
la ermita de San Loreto se celebra tradicionalmente la misa de San Cristóbal,
patrono de la localidad. Tras la misa tiene lugar la bendición de las tortas,
que luego son repartidas entre los asistentes por el santoral de turno y por
las mozas, las cuales van ataviadas con delantales blancos orlados de
puntillas. El reparto lo hacen como amazonas sobre caballos enjaezados con
vistosos aparejos y engalanados con ramajes. Concluido el reparto se procede a
la bendición de vehículos.
Quedan
otras dos ermitas, la de Santa Bárbara, a la entrada del pueblo, y la de San
Juan, en ruinas. Además de las fiestas patronales se honra también a San
Lamberto, Santa Bárbara y Nuestra Señora del Rosario.
En
este término municipal se halló un pendiente de oro que por sus características
puede fecharse en la primera Edad del Hierro. Su importancia estriba en su
rareza, ya que es el único hallazgo de este tipo hecho en Aragón.
Texto: Gran Enciclopedia Aragonesa. GEA 2000
Fotografía de 2008
Fotografía de 2008
aun2019
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