Si tuviéramos una máquina que nos permitiera viajar
por el tiempo y hacer un safari por los alrededores de Teruel hace entre 5 y 9
millones de años lo que nos encontraríamos sería algo parecido a la sabana de
Kenia o Tanzania. Rinocerontes, hipopótamos, jirafas, cebras, antílopes y
dientes de sable pacerían a sus anchas con un lobo muy peculiar que llegó desde
América del Norte y con un buen número de équidos de distintos tipos y tamaños.
La actividad de divulgación científica Geolodía 2016 organizó ayer un safari
por Los Mansuetos en el que, pese a que no dejó de llover a lo largo de la
mañana, participaron más de medio centenar de personas de todas las edades.
El Turoliense es un piso geológico, una división del tiempo de las rocas que se estableció en el año 1965 y que toma el nombre de Teruel porque es en la zona de Los Mansuetos, a escasos 300 metros del casco urbano y a los pies del cerro de Santa Bárbara, donde se sitúa la sección estratigráfica de referencia (estratotipo). Es el lugar donde existe la referencia de lo que pasó, "el patrón, el modelo", comentó el director de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel, Luis Alcalá, quien añadió que se trata de un Lugar de Interés Geológico que despierta una gran curiosidad en el campo científico y no solo para expertos en geología. El paleontólogo comparó Los Mansuetos con la barra de platino iridio que sirve de referencia para la medida del metro, pero en este caso con las rocas.
El Turoliense es un piso geológico, una división del tiempo de las rocas que se estableció en el año 1965 y que toma el nombre de Teruel porque es en la zona de Los Mansuetos, a escasos 300 metros del casco urbano y a los pies del cerro de Santa Bárbara, donde se sitúa la sección estratigráfica de referencia (estratotipo). Es el lugar donde existe la referencia de lo que pasó, "el patrón, el modelo", comentó el director de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel, Luis Alcalá, quien añadió que se trata de un Lugar de Interés Geológico que despierta una gran curiosidad en el campo científico y no solo para expertos en geología. El paleontólogo comparó Los Mansuetos con la barra de platino iridio que sirve de referencia para la medida del metro, pero en este caso con las rocas.
Primer paseo divulgativo
Es la primera vez que se realiza un paseo para
divulgar las peculiaridades del Turoliense, una división del tiempo geológico
que se utiliza en todo el mundo y que se aprecia perfectamente desde diversos
puntos de la ciudad.
El Turoliense tiene una antigüedad que va de los 8,7 a
los 5,3 millones de años. El momento geológico continental coincide a nivel
marino con el Messiniense, cuando el desplazamiento de África provocó el cierre
del Estrecho de Gibraltar y, con él, la desecación del Mar Mediterráneo. Esto
propició que "animales africanos y europeos pudieran caminar a sus anchas
y que a Teruel llegaran camellos e hipopótamos", manifestó Luis Alcalá.
El experto explicó con todo lujo de detalles los
animales que poblaban la sabana turolense en esa época y casi ninguno se parece
a los que hay ahora. El safari pasado por agua de ayer sirvió para descubrir a
muchos que la panorámica del Teruel en ese momento no sería igual a la actual.
Así, aunque había montañas a un lado y a otro y una zona deprimida en el
centro, una vez se depositó la erosión se formó un gran lago de varios
kilómetros que iba desde Perales a Teruel. Precisamente las rocas grisáceas y
calcáreas son testigo de ese pasado. El lago desapareció hace un millón de
años, "se erosionó una parte y fue como si quitáramos el tapón de una
bañera, el agua se fue hacia la ribera del Turia", detalló de forma muy
gráfica Luis Alcalá.
El paleontólogo Luis Mampel fue el encargado de
explicar el "viaje en el tiempo" que realizaron los participantes por
las diferentes rocas que hay en la zona. Partieron desde las arcillas, que a
nadie pasaron inadvertidas debido a que buena parte de ellas les acompañaron en
la suela de los zapatos durante todo el recorrido, para seguir por areniscas y
conglomerados: "Hemos ido hacia materiales más modernos", concluyó
Mampel. El especialista apuntó que en los abanicos aluviales los materiales más
grandes, que son los conglomerados, se depositan en las áreas más próximas; las
areniscas van a parar a las zonas medias y las lutitas –limos y arcillas– a los
lugares más alejados de la cabecera.
Sin embargo no todo es tan sencillo y como matizó Luis
Alcalá hay deslizamientos y fallas que hacen que los materiales no estén en la
posición que les corresponde en función de su antigüedad. "Los geólogos
tenemos que saber distinguir si una roca está en su lugar original o se ha
desplazado", matizó.
La tierra pierde el norte
Uno de los aspectos que más llamó la atención a los
asistentes fue el cambio de polaridad repentino de la tierra, que funciona como
un gran imán. "Sabemos que ocurre, pero no conocemos ni el porqué ni el
momento en el que va a ocurrir", aseguró el experto. "Tampoco tiene
una periodicidad fija y apunta hacia un lado u otro del globo, pero la brújula
nunca apunta al Ecuador", comentó el experto, quien añadió que "si
hay un patrón aún no se ha descifrado".
En el recorrido, en el que hicieron de guías Luis
Alcalá, Luis Mampel y la también paleontóloga Ana González, tomaron parte
vecinos de Teruel que querían conocer el entorno pero también algunas personas
que acudieron desde la Comunidad Valenciana porque son aficionados a la
geología. Era el caso de Óscar Navarro, que realizó todo el recorrido con su
hijo de tres años en brazos y acompañado por su mujer y su hija. "No había
plazas en el de Jalance, en Alicante, y nos animamos a venir a Teruel",
confirmó.
Durante el recorrido guiado los aficionados a la
geología realizaron un gran número de preguntas tanto sobre la polaridad de la
tierra como acerca de los fósiles hallados o el trabajo que desarrollan los
paleontólogos. A la vuelta todos estaban encantados con una experiencia que
algunos ya habían probado en años anteriores.
Geolodía, una idea turolense que triunfa en España
Es el evento más popular de difusión de la geología a
nivel nacional y surgió en 2005 en Teruel a instancia del Instituto de Estudios
Turolenses. En 2007 se exportó a otras provincias españolas. Ahora se celebra
en todo el país y en algunos lugares, como Alicante, con más de un millar de participantes.
Es una excusión anual guiada por expertos en geología y abierta al público en
general. En Teruel la organizan de forma alterna la Fundación Conjunto
Paleontológico y la Universidad de Zaragoza.
M. Cruz Aguilar
Diario de Teruel
09/05/2016
Diario de Teruel
09/05/2016
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