martes, 1 de septiembre de 2015

sábado, 22 de agosto de 2015

Encartes dibujados por Celedonio Perellón



















    VELA Y ANCLA. Eugenio de Bustos. 
Encartes dibujados por Celedonio Perellón.
Offset: Rivadeneyra, S. A.
Distribución: Ediciones Doncel, Pérez Ayuso 20, Madrid. 8ª edición, 1964.

miércoles, 8 de julio de 2015

Los Leñeros




Los Leñeros


Camino de la ciudad
van los leñeros.
Bajan leña, bajan fuego,
bajan hambre y soledad.

La cogieron con sus manos
en los neveros.
Largas horas, largos días,
tristes meses, tristes años.

De vuelta de la ciudad
van los leñeros.
Se quedaron sin la leña
sí con hambre y soledad.



José Antonio Labordeta, 1968


Todos los indicios indican que se refiere a los habitantes de la localidad de El Campillo que bajaban a la ciudad (Teruel), distante unos 14 kilómetros; con las mulas cargadas de las leñas, teas y piñas de los pinos de su entorno, para encender en los hogares las estufas y en los hornos de cerámica el fuego para alimentar la calor en los que se hacían los cócios de vasijas y toda la tradición cerámica de los Punter, Górriz etc.


aun2015



domingo, 21 de junio de 2015

La Cruz Roja de Teruel y los héroes del 3 de julio y 4 de agosto de 1874







LA CRUZ ROJA DE TERUEL Y LOS HÉROES 
DEL 3 DE JULIO Y 4 DE AGOSTO DE 1874



En medio de las tribulaciones que en este miserable mundo afligen a la humanidad, llenase el alma de consuelo ante la dulce satisfacción que experimenta al contemplar la realización del bien en cualquiera de sus manifestaciones.

No hay a la verdad precepto más admirable; tanto por su sencillez cuanto por su noble trascendencia, como aquel en que se manda a los hombres amarse los unos a los otros, porque de él se derivan las grandes ideas sobre las que se sustenta el mundo civilizado, y las cuales son imperecederas en el tiempo y en espacio.

La divina Caridad siempre amada porque es la muerte del mal y la vida del bien; esa virtud hija del cielo y madre de los más puros y delicados sentimientos ha sido a cuya sola acción desaparece el egoísmo y la tiranía.

Por eso allí donde deja sentir sus efectos es en donde deben buscarse las excelencias de una bondad suma, y por eso Teruel puede preciarse de poseer entre sus más gloriosos timbres el honrosísimo de Ciudad Caritativa.


Dígalo sino el Documento que henchido el pecho de gozo, por lo mucho que lo honra y enaltece a este vecindario, insertamos a continuación, y sobre el cual llamamos grandemente la atención de nuestros lectores.

***


Don Jesús Ramón y Capilla, Abogado y Secretario del Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad.

Certifico: Que en la secretaría que se halla a mi cargo se encuentra una comunicación que copiada la letra es del tenor siguiente:

-Excmo. Sr.

-Tengo la honra de remitir a V. E. por conducto de la Comisión provincial de Teruel de esta Asociación la adjunta carta de aprecio, que la Asamblea de la Cruz Roja se ha servido acordar en sesión de 12 del actual, aprobada en otra de 24 del mismo, manifestando a esa Ilustre Corporación y noble vecindario, lo mucho de que le es deudora por su heroico y caritativo comportamiento con los heridos durante los tristes acontecimientos en que fue atacada esa Ciudad por los carlistas en los aciagos días del 3 de julio y 4 de agosto de 1874, facilitando los medios y recursos a esa referida Comisión provincial de la precitada Asociación, que desplegó un celo y heroísmo sin igual, en el desempeño de su benéfico cometido, teniendo una buena parte en él ese Municipio y vecindario en general.

-Dios guarde a V.E.

-El Secretario general accidental,

Gregorio Tornero y Muñoz

-Al Excmo., e Ilmo. Ayuntamiento de la Ciudad de Teruel.

Y además se lee en dicho margen: -La Cruz Roja Asociación Internacional para socorro a heridos. -Asamblea de la Sección Española. - Secretaría general.



 
      
Y así mismo certifico hallarse una carta que copiada a la letra es como sigue:

Excmo., señor.

La Asamblea Española de la Cruz Roja, honrándose con llevar la representación de todos sus individuos y de cuantas personas han sobresalido en el ejercicio de la caridad cristiana durante la pasada guerra civil, se dirige hoy a V. E. con ánimo de manifestarle que en nombre de todos le tributa las más expresivas gracias, como también al vecindario de esa heroica Ciudad por las extraordinarias muestras de caridad que prodigó a los heridos, cuando los carlistas atacaron la población: Si bien la recompensa de los actos de caridad está sobre todo en manos de Dios y es la más apreciada por todos los buenos corazones, todavía nos está recomendando merecer y gozar la estimación de nuestros conciudadanos, con quienes compartimos las penalidades de la vida y las vicisitudes de la fortuna. En este concepto, recordar a V. E. que la institución especialmente destinada al socorro de las luchas internacionales y en lucha civiles tiene mayor interés y la más viva satisfacción en que se imite el ejemplo de ese vecindario, sería absolutamente excusado si no considerase de su deber tanto el elogio por los actos consumados, como el estímulo para las eventualidades del porvenir.

Si la Divina Providencia nos tuviese destinados otros días como los que nos han elegido, concédanos, al menos, que unidos en el sentimiento de la caridad, como lo estamos en el padecer, hagamos no tan lamentables como hasta ahora las frecuentes discordias civiles; pero si en algún tiempo quedásemos libres de tamaña desgracia ocupada la memoria en aquellos recuerdos, no apartará de ellos el nombre de los que sacrificaron fortuna, tranquilidad, vida y honra en bien de sus hermanos.

Y como entre tales personas no son ni han sido jamás las últimas los vecinos de Teruel, la Asociación Española de la Cruz Roja, que los tiene inscritos entre los más beneméritos, felicita a V. E. como su legal representante y le ofrece su cooperación cuantas veces lo necesitare.

Dios guarde a V.E. muchos años.

Madrid 12 de julio de 1877.

El Presidente interino, Luis Pérez Rico. El Letrado Consultor, Antonio Balbín de Unguera. El Secretario General, Basilio Sebastián Castellanos.

Al margen hay un sello que se lee: -La Cruz Roja Asociación Internacional socorro a heridos.

Y para que conste extiendo la presente con el V.º B.º del Sr. Alcalde y sello de su Alcaldía en Teruel a 20 de agosto de 1877.

–El alcalde Presidente, José Torán.

–P. A. D. S. A., Jesús Remón.




Periódico "El Turolense" 
Año II. Jueves 23 de agosto de 1877. Núm. 189
Director: D. José María Uguet

Recogido por: Alfonso Utrillas Navarrete, Teruel 2015



aun2015

  

viernes, 19 de junio de 2015

Teatro Marín de Teruel, Memoria



Teatro Marín, memoria
      

La Junta directiva del Círculo de Recreo Turolense ante la necesidad de encontrar un nuevo emplazamiento amplio y adecuado para instalar sus dependencias a las actuales exigencias de sus socios, decide gestionar la compra de una finca o solar que cumpla entre otros requisitos que se halle en una calle o plaza del centro de la ciudad.

Una comisión formada al efecto presidida por D. José María Rivera, diputado provincial y distinguido abogado, negocia la compra de un inmueble del que fuera palacio de los Sánchez Muñoz, en la céntrica plaza de Emilio Castelar (San Juan). Encargando a su tiempo a D. Pablo Monguió Segura, arquitecto municipal y provincial de una memoria sobre la idoneidad del citado inmueble, contemplando, además, la posibilidad de construir en el complejo un gran salón para fiestas y banquetes, no descartando la idea de un teatro, puesto que la ciudad cuenta con uno pequeño y antiguo, que carece de las condiciones de servicio y confort que la capital merece.

Aprobada la compra de la finca, el concurso de proyectos demuestra que al contar las instalaciones con un gran salón de fiestas se hace imposible la construcción de un teatro sin reducir los espacios destinados a los socios. Finalmente se confía al arquitecto D. Antonio Rubio el proyecto de construcción del Casino y a Monguió de la redacción del proyecto de construcción de un teatro con una capacidad para unos 1.000 espectadores, ampliando el edificio del Casino del Círculo con la compra de unas casas contiguas a la finca inicial.

Pablo Monguió Segura

La presentación del proyecto definitivo del teatro tiene lugar el día 20 de mayo de 1916. La memoria consta de planos de un edificio de tres plantas, desarrollando el diseño completo del interior, de las fachadas estilo neo-mudéjar y el presupuesto económico.


        

En la planta baja, que tiene entrada por la calle Carrasco; se encuentra el vestíbulo, las taquillas, oficina contable y sala de descanso con guardarropía, abriéndose al frente el pasillo que conduce por medio de gradería al amplio rellano-sala de descanso. La sala de espectáculos consta de anfiteatro con 104 butacas, patio con 272 butacas, 14 palcos plateas con 6 sillas y dos palcos proscenios con 10 sillas. Para la salida se abren dos puertas a la calle de San Andrés y una a la entrada principal de los locales del Círculo. Al primer piso “club”, se accede por una escalera que se inicia en la citada sala de descanso, cuenta éste con 8 palcos con seis sillas, y dos palcos proscenios con 10 sillas, 84 butacas de mirador y 162 asientos de anfiteatro. Para la salida se puede disponer de tres puertas. El segundo piso “general” tiene su entrada por la calle de San Andrés y consta de 256 localidades, en bancos con respaldo. Para su salida pueden utilizarse dos puertas.





El escenario de 8,50 metros de ancho por 15,60 de fondo, permite, gracias a su altura y disposición elevar y bajar al foso los decorados sin necesidad de tener que ser enrollados. En uno de sus lados se abre la puerta del atrezo. Por el fondo se llega a la salida de artistas y almacén de decorados, mientras que la sala de músicos tiene acceso por el foso.

Los artistas tienen acceso independiente al teatro por la calle de San Andrés. Una sala de descanso comunica directamente con el escenario y unas dependencias distribuidas en los dos pisos facilitan estancias y recibimientos personales.

La calefacción se resuelve por medio de radiadores de “aletas” colocados en la sala de espectáculos y en el escenario que transmiten le calor por conducción del agua caliente emitida desde la sala de calderas, con la moderna innovación del apoyo que aporta un sistema de ventiladores centrífugos que impulsando el aire que toman del exterior lo hacen pasar a través de una cámara de calefacción, empujándolo a la sala por rosetones colocados en el cielo raso. En temporada bonancible, y sin necesidad de calefacción, el aire frío consigue con este método una agradable temperatura en la sala.

La decoración interior de estilo renacimiento es acertada; elegancia sin recargo, predominando el buen gusto, la comodidad y el confort. En resumen, según la opinión general, del nuevo teatro de Teruel puede afirmarse que no tiene nada que envidiar en este momento a los mejores en su género con los que cuentan las principales ciudades españolas.


Andrés Marín Esteban

Dedicado al insigne tenor D. Andrés Marín Esteban (Teruel, 4 de febrero de 1843 – Madrid, 27 de julio de 1896), la inauguración del teatro tiene lugar el día 29 de mayo de 1918; siendo obispo de Teruel-Albarracín D. Antón de la Fuente, gobernador civil de la provincia D. Manuel Jiménez Royo y alcalde-presidente del consistorio municipal D. Luis Doporto Marchiori (profesor de Geografía de la Escuela Normal). La directiva está presidida en ese momento por D. Antonio Lloréns, vicepresidente D. Andrés de Vargas Machuca, contador D. Vicente Egido, tesorero D. Enrique Albalate, secretario D. Pedro Díez y vicesecretario D. Luis Rivera. Siendo vocales; D. Alfredo Garte, D. Juan Arsenio Sabino y D. Liborio Carreras. Bibliotecario; D. José Esteban.

Abre las sesiones de inauguración la “Compañía de Operetas y Zarzuelas de Anselmo Fernández”, poniendo en escena el drama musical “El Señor Pandolfo”, interpretado por: Anselmo Fernández, primer actor y director; Victoriano Redondo del Castillo, bajo de ópera; Dionisia de la Hera, Amparito Martí, Carmen Ramos y Juanita Cabrera, tiples de ópera, siendo director musical el maestro Espeitia.



Casino Turolense, 1938

El Teatro-Cine Marín y el Casino Turolense que en la actualidad todos conocemos, conservan el sabor y el estilo de sus inicios; exceptuando el mobiliario y elementos decorativos si tenemos en cuenta que en la guerra civil de 1936-1939 (fueron reducto y hospital de guerra), quedaron destruidos tras bombardeos, minas de dinamita y finalmente el incendio que prácticamente solo dejó en pie la fachada principal de ambos edificios.

                                                                                                                                       
Diario de Teruel
Ghatuperio, nº 76
Domingo, 22 de noviembre de 1992
Fotografías: Pablo Monglió, escenario-patio de butacas

Aragón Turístico y Monumental
Zaragoza, marzo de 1994
Fotografía: Patio de butacas-galería de "club"

Foto postales, años 1900-1920

Fotografía: Dirección General de Regiones Devastadas, 1938. AHPTE


Adaptación al texto: Alfonso Utrillas Navarrete, 2015



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jueves, 18 de junio de 2015

El Museo Provincial de Teruel, 1930





EL MUSEO PROVINCIAL

ESTAMPAS TUROLENSES
-Revista dedicada a las artes, las letras y el turismo-
Año II.- Número, 3
Teruel, marzo de 1930
Autor del artículo: A. Samuel

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